«No sé nada pero me encantaría aprender a bailar»

no se nada pero me encantaría aprender a bailar
El Don, a lo largo de los años, se fue convirtiendo en un espacio donde la gente llega desorientada, diciendo: «No sé nada pero me encantaría aprender a bailar». Nos gusta quienes llegan así, porque aún sintiendo miedo y desautorización, se atreven a probar. El proceso que inician es lento y es rápido, es enorme y pequeño.

A fin de año nos damos cuenta que esa persona que llegó sin saber nada, algo ya sabe 🙂 Se mueve mejor, está más fuerte. Su registro corporal se expandió. ¡Está bailando!

Nos gusta imaginar al Don como un templo, con puertas enormes, donde quien se anima a entrar y superar los obstáculos, sale transformado.

Fantaseamos con la idea de que el Don tiene hechizos y que quienes se dejan seducir por ellos, salen encantados con la danza (¡y con la vida!). Bailando cruzando la calle, bailando en el baño, bailando en la oficina.

Algo se despertó y ya no hay vuelta atrás.

¿Seremos infantiles?

¿Acaso estaremos exagerando un poco?

Tal vez. Pero creemos que hay una verdad en esta idea de templo y hechizo. Una verdad que vemos día a día en nuestras clases, gente viniendo dudosa y transformándose luego en sedientos aprendices que modifican sus horarios laborales y la logística familiar para poder llegar a clases.

Nos encanta producir eso, somos felices de saber que podemos tocar así la vida de nuestros danzarines y abrirles algo diferente en su mundo.

Cada año que arranca es una nueva posibilidad de encuentros y nuevos encantamientos.

¿Querés tocar las puertas de nuestro templo?

– Noc, Noc

– ¿Quién está del otro lado?

– No sé nada pero me encantaría aprender a bailar…

 

 

5/5 - (1 voto)