¿Qué tendrán los niños que al Don le gustan tanto?
Será esa libertad desenfrenada que hace que en el medio de una clase paren y digan «Perdón, pero me voy a ir a tirar un pedito».
Será esa manera de transmitir sin velos lo que pasa en casa…… Luego de un reto, Matilda dice «Soli, por favor, no me pegues un chirlo eh!».
Esa manera de inventar palabras por doquier… «Profe, hoy traje mis zapatillas de puntería» (en vez de punta).
Esa manera de llevar todo al extremo… «Yo ya tengo demasiadas amigas, en el cole, en natación…¡No puedo tener más en danzas!»
Esa honestidad brutal… «Mamá en navidad se pone muuuy borracha y baila muuuy gracioso».
Esa solidaridad desinteresada… «¿Quién me ayuda con…? Yo! Yo! Yo! (empujándose)»
Esa energía de más, de mucho, de desborde…
Es que trabajar con niños es como mirar con lupa el alma de las personas. Mirar con lupa la neurosis y las cosas que nos importan. Es llenarse de energía y también vérsela consumida. Es un caos. Es un invento constante para mantenerlos con el entusiasmo al dente. Es aceptar que no saldrá impecable, pero saldrá auténtico. Es, siempre, inesperado.
Así que un feliz día a esos pies inquietos, llenos de vida, que tanto (tantísimo!!!) nos dan clase a clase. Y a todas los danzarines del Don que, cual niños, desbordan vitalidad :o)