Por Soli Arandasobre-encontrar-la-sutileza

 

Sobre encontrar las sutilezas…

Ayer soñé con barbies (sí, las muñecas, que estaban tomando un té o salían al cine, no me acuerdo bien) y hoy cuando me levanté me vino una cadena de recuerdos y asociaciones que derivaron en esto:

Cuando yo era chica me encantaban las Barbies, tenía muchas.
Mi hermana a veces entraba a mi cuarto, veía mi gran colección y me decía (con esa voz chillona que me daba ganas de tirarle una barbie voladora por la cabeza) que para qué tantas si todas eran iguales. Después de hacer esta declaración injuriosa, se iba como si nada a seguir pintándose las uñas.
Ay, ay, ay…¡Cómo me enojaba!
Con mi metro de altura y mi flequillo encrispado de nervios, iba a su cuarto y le explicaba que no eran todas iguales, que ella no sabía mirar, le llevaba unas seis para ejemplificar y daba mi cátedra de las diferencias.
– Soli, Soli…Sólo la ropa es distinta!
– No, no sólo la ropa…mirale las caras. Ella, Matilda, tiene los labios más gruesos, ella María Antonia de los Montes de Oca, tiene los ojos más azules que el resto. Ella, Josefina, tiene el color de piel más tostado. Y ni hablar de sus gustos, hobbies y profesiones (eso es otra historia).
Romi, mi hermana, se reía y me decía que estaba loca, que era iguales.
Y yo le respondía: ¡Pelotuda, tarada! Cerraba de un portazo la puerta y me iba.

Esas cualidades y formas que tenemos de chicos, muchas veces encuentran lugares más productivos donde alojarse cuando estamos con más años. El ojo detallista de barbies se transformó, con los años y el estudio, en el ojo detallista de la danza.

Un tandue no es lo mismo si está correctamente alineado, rotado, pasando por los dedos que si no.
Una pirueta con el passé bajo y el empeine sin estirar…casi que no es una pirueta.
Un relevé que se va a los dedos chicos y está sin proyectar, no es lo mismo que un relevé bien colocado sobre el dedo gordo y empujando todo hacia afuera.

Hay cosas se parecen, pero si uno las mira en detalle, no son lo mismo. Y no es lo mismo para afuera, pero más importante, ese afuera traduce muy bien que el recorrido muscular interno que se está haciendo, no es el correcto (como con las palabras: es ahí en la superficie donde se lee qué pasa dentro).

Pienso que cuando querés algo, como cuando querés a alguien, lo ves con lupa, captas los recovecos, te preguntás cómo, lo observas y cuidas en cada milímetro.

Yo a mis barbies las re quería, me permitían inventar miles de universos paralelos e historias, armar y desarmarlas según mi imaginación dictara. A la danza también la quiero, eso es el Don.

Es el lugar donde ese amor es llevado a muchos otros que, como yo, quieren ver las diferencias entre barbie y barbie. Y al que no lo ve le decimos: ¡Tarados pelotudos! ¡Vayan a un gimnasio!

Ayer casualmente fue el día del bailarín pero yo escribí esto no para decir nada de un día sino por culpa de un sueño. El Don está siempre un poco fuera de calendario, atemporalmente flota entre coreo y coreo, por colgado y porque es así.
Pero aprovechamos y saludamos a todas las danzarinas y profes del Don que andan buscando (y transmitiendo) las sutiles diferencias con paciencia y efusividad :o)

Les regalamos los horarios de nuestros cursos 2014 que arrancan el miércoles 5 de marzo :o))))))

5/5 - (1 voto)