¿Qué es el Don para mi? Es el lugar en donde descubrí que no hace falta ser de tal o cual forma, tener un cierto cuerpo, ni bailar hace cientos de años para poder sentir la danza, y aprender. Es el espacio donde conocí personas de diferentes edades, diferentes vidas, diferentes formas de pensar… y lo más importante: buenas personas. No hay competencia, pero sí exigencia. Y eso es lo que se necesita para que el cuerpo entienda que, además de disfrutar, hay que ser consciente. Pero, por sobre todo, siempre disfrutar. El Don es el lugar donde descubrí que puedo ser lo que quiera: sensual, fuerte, sensible, misteriosa, romántica… el paquete completo en una sola coreografía. Pero, ante todo, puedo seguir siendo yo, mejorando, siempre. Y todo esto es mérito gracias al alma del Don: la profe más curiosa, simpática y expresiva que existe en esta Tierra… ¡Soli bella!
Testimonios
Lo primero que brota del corazón cuando pienso en él Don es desparramo, desborde, exceso
de amor en todas sus formas y manifestaciones. Alguito de ese desborde exagerado lo percibo
en mi e imagino que por eso cuando llegué tímida, MUY tímidamente a mi primera clase de
ballet hace 4 años supe que me iba a quedar una larga temporada es ese desparramo que
empezaba a amar y sentir tan propio.
Lo siento un lugar que vibra, que está impregnado de tanta vida que es imposible no
contagiarse.
Una vida que se palpa a cada paso y a la vez es efímera, cambiante y eso lo hace siempre
especial y único. Un lugar que invita y convoca continuamente, siempre en relevé.
Si bien no lo conozco desde sus inicios, puedo percibir que el Don es su corta y larga gestación
ha ido mutando de diversas formas sin perder jamás lo esencial y lo más profundo que lo ha
llevado a ser “quien es”. Un lugar que es morada, hogar, familia. Lugar que recibe, que es
acogida y abrazo sin dejar a nadie afuera.
Nunca antes había tomado una clase de danza y sinceramente nunca se me impuso como
límite, por el contrario, siempre me invitaron a intentarlo con pies chuecos, desordenados, con
todos mis berrinches que sigo haciendo y tanto me caracterizan y con un psiquismo que solo
respondía desde mi pasado gimnástico y que tuvo que amoldarse y aprender nuevas formar. Y
una de las cosas que más valoré y en ese proceso fue que si bien tuve que desaprender
algunas cosas para adquirir otras, nunca se me exigió dejar mi pasado gimnástico sino
adaptarlo o usarlo “a mi favor”, algo así como un experimento me dijo alguna vez “mama Soli”
Encuentro un lugar que me convoca a ser siempre yo misma sin condiciones, siempre
autentica, transparente y verdadera. Que me invita al despliegue de todas mis potencialidades
abrazando cada uno de mis límites para que no sean obstáculo en el hermoso proceso de
zambullirse en la danza muchas veces bizarra, alocada y muchas otras precisa y de técnica pura
que hace ¡explotar mi cerebrooo!
Y en este zambullirme en el maravilloso y desconocido mundo de la danza, fui aprendiendo
que lo importante no eran los logros o las metas, sino el proceso. Que el proceso era el
verdadero aprendizaje. No tenía que “llegar” ni “alcanzar nada”. Fue ir descubriendo que los
verdaderos logros estaban justamente en el ir desandándolos, viviéndolos, atravesándolos por
el cuerpo, el alma y la mente… y si eso estaba, los logros vendrían solos o no, pero el simple
hecho de haberme permitido entrar en esa dinámica de la desmesura y la entrega valía por si
solo.
Realmente el Don se ha convertido para mí en un semillero de vínculos profundos y
verdaderos. Cada persona con la que comparto clase, la que me encuentro en algún ensayo,
saliendo de una clase o entrando a otra, todas toditas son ¡seres hermosos! Celebro y
agradezco cada uno de los vínculos que me regalo y me regala el Don día a día porque son
realmente un regalo. Insisto, aquellos con los que comparto y también aquellos que sé que
están pero no veo e impregnan y le otorgan identidad, esta identidad que amo y me hace
volver una y mil veces.
En fin, no tengo más que palabras de agradecimiento a tanto amor, tanta vida y tanta danza
regalada y compartida en estos 4 años.
INFINITAS GRACIAS!
Belén Cosentino
El Don es el espejo que permite vislumbrar todas las facetas que uno tiene escondidas.
Llegue en medio de un torbellino de preguntas con desplazamientos chicos y tímidos. Me tomo un tiempo encontrar la punta de la madeja que empieza a definir tu movimiento pero, de a poco, empecé a tirar de él hasta que un día pude desafiarme a mí misma a través del espejo con una mirada. Esos son los días que te abrazas: Puede ser un segundo o una coreografía entera pero la consecuencia es siempre la misma: sonreír en silencio y sentirte inmensa, tan grande como tu círculo mágico de compañeras que te brindan su cuerpo para aprender los mil movimientos (todas tienen LA chispa, esa que se necesita para fluir).
Y sin darte cuenta, tu mente se expande: tu YO le gana a todas las exigencias que tenes como fantasmas y a todos tus impulsos de salir corriendo. En ese lugar estas vos, debajo de toda esa piel podes sentir la calidez de encontrarte.
Así es como la danza atraviesa cuerpos y en una maraña de muchos dibujos tan distintos todos terminamos entramando al Don.
Flor Ré
Si usted es un transeúnte distraído que circula por O. Terrero una tarde cualquiera y cree escuchar algo parecido al canto de sirenas tiene dos caminos: seguir adelante con su rutina o acercarse al Don y cambiar radicalmente su vida-encontrarse con aquel camino perdido tiempo atrás….
Asómese de apoco, vaya siguiendo ese murmullo musical hasta que frente a su puerta, la música lo invite a pasar.
El Don es un lugar mágico, entrar es como poner el pie del otro lado del espejo…. Nada es lo que parece y es, a su vez, todo lo que uno desea. Pase y vea de repente al rey Elvis tomándose un café con Justin Bieber mientras un grupo de danzarinas bailan frenéticamente una canción de Bebe.
La belleza cobra otra dimensión, y si, acá la belleza estándar queda afuera, los seres del Don aprenden a reconocer la maravilla en la diferencia: princesas con bigotes, seres mutantes, gente que se cree música….así somos y así nos queremos. Nos reímos de Janeiro de a ratos engullendo una torta de chocolate y enseguida nos ponemos serias y debatimos sobre cómo mejorar un “manege”.
No podría escribir acerca del Don y no mencionar a su artífice, su creadora, la identificadora de Dones: nuestra Soli. Ella dice ver dones en nosotros, simples seres invitados a esta locura….según ella cada uno tiene su don y se empeña apasionadamente en encontrarlo….en hacernos creer firmemente que somos especiales por un rato. Portadores de raros dones, que según ella, únicos e irrepetibles, crecerán y se expandirán. Al final yo digo que sí, que cada uno de nosotros lo tiene, me la creo, me siento feliz y única, me divierto y juego a sentirme así y dejar salir mi pequeña danzarina interna. Ella finalmente logra su cometido y sus ojos chispeantes se vuelven más brillantes que nunca.
El Don, no es un lugar físico, el Don es principalmente Soli, pero también lo somos sus danzarinas y es esa música que anda flotando en el aire….
Tamara Pitcovsky
Nunca fui buena escribiendo y pensé que no m iba a ser fácil escribir que es lo que el Don representa para mí pero saben que? Lo tengo muy clarito en mi cabeza, es el lugar donde puedo fluir… ja! Que obvia, no? Pero es así y así fue desde un principio, desde que vi la publicidad en Facebook y decía » no hay más cupos» pero igual llame y hable con la hermosa de Soli y a los dos días estaba bailando ahí. Desde ese preciso momento sabía que había dado con esos lugares y esas personas que te marcan, te modifican, te cambian para siempre. Claro está que había una búsqueda de mi parte, siempre quise aprender a bailar, un pendiente… y dar con el Don pienso que es mi «yapa» por haber esperado tanto. Cosa que hasta hace poco lamentaba : como no aprendí a bailar de chiquita? Pero entendí ( en el Don ) que mi relación con la danza sería otra hoy en día… y me encanta encontrarme con este arte a los 37 años, aunque corro como una loca a veces para organizar mi día y poder estar ahí puntual, no cambio esas horas por nada! Son sagradas para mí, me hacen mucho bien.
Y ni hablar de ese grupo mágico de locas divinas con las que comparto las clases, otra cosa que fluyó con tanta naturalidad como si nos conociéramos de antes.
Dejo para el final lo que para mí realmente es el Don… sos vos Soli, la mejor profesora que pude haber tenido, trasmitís tu pasión por la danza y eso me inspira enormemente. Tan dedicada y justa con tus palabras, estricta porque sos perfeccionista y desestructurada porque sos libre.
El resto del equipo sé que son unas grosas también y ya dentro de poco me van a tener por ahí dando vueltas… deboules mejor dicho.
Me encanta formar parte de este lugar que es mucho más que una escuela de danzas.