bailarin playa

Un bailarín va a la playa y ve un enorme salón, luminoso, donde elongar, entrenar, bailar y practicar saltos. Hace snorkel y se pregunta si las patas de rana le ayudarán a estirar los empeines…Observa los peces en esa lentitud agraciada y piensa que tienen una linda calidad de movimiento, que se podría hacer una coreo interesante con estilo pez.

No es que seamos reiterativos, obsesivos, insistentes y monotemáticos. No, no…Es que la danza la llevamos a todos lados. Ella es a nosotros, como el queso al dulce de batata, como Romeo a Julieta, como los maníes a la cerveza, como Woody al humor y el «bitch» a Breaking Bad.

Para todos los que sufren de este síndrome, es que seguimos con las clases.

Arrancamos la semana pasada con danza clásica:
– Martes y Jueves 18.30 hs: Adultos y Jóvenes Principiantes – Martes y Jueves 20 hs: Adultos y Jóvenes Intermedio

Y en febrero se suman las clases de jazz (las que andamos laboriosamente armando, a veces fluye, otras se atasca, a veces se encuentra música, otras se busca sin éxito. Estamos en ese proceso siempre loco e incomprendido de la creación, recen porque algo bueno salga, por el bien de vuestros alumnos, vio?)

Y así, bronceados y con olor a coco, arrancamos el año a pura candela :o)

(Intenté hacer una coreografía con las patas de rana, el snorkel style, dejo rastros de mi desprejuiciada y siempre constante búsqueda de nuevos horizontes. No lo intenten en sus casas).

 

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